04 septiembre, 2009

el reflejo de la dama



en luna llena, la luna se asomaba por mi ventana, y una rosa y una pluma eran testígo de mis pensares. la ventana rayada por el pasar del tiempo, dibujaba lineas opacas alrededor de la luna, acaparando la luz y brillando apesar de su transparencia, y mi mesilla y un tintero vestían hermoso juego de sombras en sus curvos contornos. una herida al pecho, y de una mujer su desprecio trazarían en mi cuaderno mis sentimientos, ¿quien diría que la luna fuese tan curiosa? que todas las noches vistaba mi ventana para ver mis cuadernos. ¿y quien diría que las estrellas fuesen tan vanidosas? que todas las noches vestían de gala para posar en mi ventana.

y sin embargo todas las noches significaba arrancarme una parte de mí para plasmarlo en una hoja, o en un lienzo, o en una pauta y al viento de un instrumento. todas las noches una pena en mi libreta, todas las noches el recuerdo de la dama. todas las noches la luna me veía llorar, y las estrellas escribían mis poemas en el cielo. el viento murmuraba mis sonatas, el viento escuchaba mis lamentos.

era el sentimiento, aquel preciado sentimiento, el que me hacía sonreír en mis lamentos, el que me hace añorar mis despechos. y hoy la dama se aparece por mi ventana, es el reflejo de un lienzo, el reflejo de un sentimiento. y la luna llena engaña mis pensares, desprende mi razón y la dibuja sobre la ventana, es la dama, reflejo de una estrella.

y la luna se esconde en el horizonte, y las estrellas se despiden de la noche, pues es de madrugada, y el sol se ha negado a compartir el cielo. pero el reflejo de la dama permanece sobre mi ventana, no es el lienzo, ni tampoco es la dama, es la sombra de mi pensamiento.

CW