Hace ya 5 años que comencé con todo esto de la Música; Al principio no sabía absolutamente nada, y hoy en día, más que estar cerca de saberlo todo, sigo estando cerca de no saber ni un poco, al menos no comparado con lo basto que es el conocimiento, sino con lo que algún día podré aspirar a conocer.
Sin embargo, una de esas cosas tan importantes que nunca te enseñan es esa modestia tan indispensable que separa los músicos que solo buscan un aplauso a aquellos que realmente desean trascender como algo más que 'una figura reconocida'. Es decir, a principios de año escolar en la Escuela Municipal de Bellas Artes desfilan cientos de nuevos inscritos, y los pasillos se llenan con muchas personas que no tocan nada o muy poco, y sin embargo ya se sienten rockstars por el simple hecho de empezar a estudiar música. Por ejemplo, hace casi un año, me encontré con un sujeto que había empezado a tocar cello, y como se había adelantado un poco a su generación en su instrumento, alardeaba de poder tocar una canción (no recuerdo cual) de Apocalyptica, la cual tocaba rápido, sí, pero muy sucio. Hasta el momento no he vuelto a ver a ese sujeto andando por el Emba, así que asumo que ya se salió.
Y así como él he conocido a cientas de personas que plasman en su arte la virtuosidad y la destreza como medio para llegar a ser el centro de atención; ese reconocimiento de poseer un talento o una virtud. Lo cierto es que tocar bonito no lo es todo en este 'negocio' y aún menos el equipo que se posea, sino el hecho de conmover emociones y sentimientos más profundos que el de admiración ególatra, como la felicidad, tristeza, soledad, melancolía, ira, despecho, compasión, amor, etc...
Alguna vez viendo un video con un profesor muy querido mío, un sujeto dijo 'El que lucha por un aplauso, es lo único que obtiene' Frase que se me quedó muy grabada. Pues conozco a muchísimas personas que solo tocan bien, y ninguna de ellas va más allá de un escenario.
y conozco también a otro puñado de personas que viven en el 'mañana' alardeando de las cosas que llegarán a hacer algún día. Digo, se vale soñar, pero nunca un sueño tendrá más valor que la realidad, incluso si es prometedor el mañana, no es seguro. Y nunca será apropiado hacer alarde de lo que uno quizás pueda llegar a ser o hacer.
CW