17 septiembre, 2011



 Es curioso como pudiera parecer que fuese un sueño todo aquello; cómo pudiera transitar ahora por mi vida con esa sensación de que desde el momento en que te conocí hace ya casi un año, hasta el momento en que me despedía de tí por millonésima vez, fuera solo un sueño y nada más.
 Quizás sea por que lo que pudiera considerar como 'nuestro amor' fue más imaginación mía que realidad; por que todos esos besos y esas caricias, abrazos eternos y paseos sin fin que dimos por todo el mundo no sucedieron más allá de mi mente y mi vívida imaginación. Quizás por que al final sé que hice lo imposible para desprenderte de un amor benigno, pero amor al fin, y uno que a mí no me correspondía. Quizás sea por que la persona que solía amar se despidió de mí mucho antes de partir físicamente, y esos pocos sondeos de amor que adiviné en un calendario incierto de esperar por tus residuos de amor me hicieron creer en un futuro esperanzador para los dos... Una promesa de mí para tí que tú no quisiste sostener.
 Y sin embargo pude haber decidido dejar volar los días de ese calendario, con las marcas de 'hoy toca amor' cada vez más y más distanciadas, esperando que algún día esas marcas pudieran aproximarse más y más, pero la verdad es que lo justo para mí es despedirme y decir 'adiós' ahora sí en serio.

Es curioso como pudiera despertarme una mañana en cuba y tenerte frente a mí al lado de mi cama, durmiendo un sueño tan angelical que no podría retratar jamás en alguna de esas pinturas, y sin embargo sentir que quisiera pensar que eres mía (y de nadie más) pero ver que no eres más mía de lo que ese sueño fue real. Sentir que quiero ir a tu casa y tocar a tu puerta; decirte que quiero que vuelvas, tan real y radiante como un día (y solo uno) fuiste.

Es curioso como puedo sentir que te doy todo de mí y ver cómo me lo arrojas a la cara; lo necesitas, pero no lo quieres (finalmente lo entiendo)... Como puedo regalarte la mayor parte de mi felicidad, para que tú, amor mío, te sintieras un poco menos triste, y yo con eso, un poco más cerca de tí. Y si algo aprendí de nuestro pequeño escape del mundo es que el amor es capitalista y un monopolio... eso de amor para todos no puede funcionar; ni aquí... ni allá... ni en ningún lugar.

Pero es aún más curioso como puedo extrañarte tan poco; saberte tan lejos y agradecer que no sea de otro modo... La noche fue fría, como la luna, y el sueño fue turbio y confuso, pero mi mañana es cálida y brillan los sueños que se reflejan en mi ventana. Te extrañé, es cierto, pero te lloré desde meses antes de que te fueras; te fuiste mucho antes de partir... La tristeza se batía en mi cama conmigo todas las noches, mientras tú hacías lo mismo con aquel. Me abofeteaste con tu dulzura y no conforme te burlaste de mí por haberte querido más de lo que nadie te ha querido antes; por alzarte más alto de lo que nadie hará jamás.

La vida da vueltas tantas vueltas, todas tan curiosas y ni bien había llegado a casa me tomó el viaje por sorpresa de nuevo... no sé donde amaneceré mañana, ni mucho menos donde estaré pasada esta semana... Pero debo admitir que eso es lo que para mí le da emoción al viaje.

CW