le dotó de fuerza, para cumplir los caprichos de los que en él creyeran,
le concedió voluntad, para concederle una escusa a los que hablaran en su nombre,
le asignó una moralidad, para justificar los actos en contra de los deshonrosos inmorales,
le dió un amor infinito, para consolar a los pobres y apaciguar sus deseos de rebelión,
le dió el poder para reinar a los cuatro vientos, hasta las esquinas del mundo y más allá.
más no le dió voz, pues su voz la portarían los más altos mandos de su institución,
tampoco le dió un cuerpo, pues así solo los crédulos ignorantes estarían a su disposición,
y los incrédulos observadores, herejes por naturaleza, inteligentes y observadores,
serían acusados y ejecutados, y así no peligraría la integridad de la santa institución.
y pasaron los siglos y ese Dios tuvo un hijo, un profeta asesinado violentamente en nombre del amor,
y sobre su tumba surgió una institución, poderosa, influyente e incuestionable,
al igual que su dios, su reinado no tendría fín, pues poseería derecho sobre todo lo viviente y lo inerte, para hacer la santa voluntad en nombre de la justicia y la paz, por supuesto.
y en nombre de esa misma justicia y paz, se libraron mil batallas, cruzadas, campañas, guerras santas.
para salvar a los pueblos de la decadencia y el pecado, se arrazaron pueblos enteros,
pero siempre en el nombre de la justicia, la paz y el amor, en nombre de aquel Dios.
y cuando la mano de un sacerdote, se posa sobre algún niño, ahí está Dios para perdonarlo,
pero cuando un hombre de ciencias, en la razón no lo encuentra, misma que él la ha concedido,
ahí está el infierno, el fuego eterno, esperandolo pacientemente.
y cuando alguien ofende a aquel Dios perfecto, comprensible y tolerante,
aquel Dios perfecto y amoroso lo condena para siempre al fuego eterno,.
y cuando el triste y humillado, duda de su piadoso y amoroso creador,
aquel Dios amoroso y comprensible lo escolta en persona al infierno.
más hoy en día, en que la razón dejó de ser tan fieramente perseguida,
el hombre buscó a su Dios en los cielos, y no encontró nada más que nubes,
y al no encontrarlo ahí, se aventuró a lo profundo del espacio, tampoco lo halló,
grande fué su frustración, lo buscó atravez del universo, más ese Dios nunca apareció,
entonces el hombre se lo imaginó en otros universos, más allá de nuestro entendimiento,
y aquel Dios se esconde lejos del hombre, su creador.
CW.