Es una pena, es una lástima, -exclamó ella, mientras él perdido, buscaba a donde ver.-
y de entonces en adelante, todo momento en que los dos fueron uno mismo, fué condenado por siempre al olvido.
Se atrevió a abrazarla, o ella se atrevió, o talvez fué mutuo, no sabría decirlo. Y por un momento hubo silencio.
¿como amigos? -se atrevió a preguntar él, temeroso de no saber qué pasaría después.
Y en aquel momento ella se dió la vuelta, y eĺ la vió marcharse, ella se desvaneció en el sol, y él se dió cuenta que aquella, sería la última vez que vería su rostro.
Y entonces ella se desvaneció con el viento, en el horizonte.
Y cuando la lluvia caía, desvanece la alegría, borra toda esperanza, pero su recuerdo es imborrable. Y el pasar de los días mantiene la visión del ayer, en el surgir del mañana; el recuerdo difusa la visión, y la presencia de su ausencia en su mente, envenena constantemente su perecepción de
lo que es el amor, y lo que fué, lo que podría ser, y lo que pudo y no pudo ser.
Y cuando la lluvia cesa, las nubes merodean, y se niegan a irse; se quedan cerca. Vigilando atentas hasta que la lluvia vuelva, para acosarle en mente, acosarle en cuerpo, y atormentar todo rastro de sueño, hasta tornarlo en una agobiante pesadilla.
Pero se cansó de vivir bajo la lluvia; a los cielos alzó los brazos y gritó a los vientos que se llevara a las nubes, que se fueran por siempre para nunca volver.
Y los cielos gritaron desde lo alto: -¿cómo amigos?- y él se quedó sin palabras, bajó los brazos y la mirada, y se quedó en la lluvia, ahogado en su propia mente, en su propio pensamiento, resignado.
Y aún hoy permanece ahí, bajo la lluva, sabiendo que lo merece, sabiendo que aquellas gotas son lágrimas, que él hizo derramar. Y espera paciente, acompañado de la soledad, ahogandose en recuerdos, pereciendo en vida.
CW.
-viejo escrito rescatado-