31 diciembre, 2009

la cuenta en el reloj



encontrasenos una noche como hoy, hace quien sabe cuantos años, esperando como cada año que llegase el siguiente, entre el punto en que no sabíamos si lo que esperabamos era que este año pasase, o si esperabamos que el siguiente llegase. observabamos el reloj intentando adivinar las manecillas para tener una idea de en qué punto serían los últimos diez segundos, el reloj marcaba el tiempo de una marcha fúnebre puesta en reversa, para conmemorar el funeral del año pasado, año que había vivido y agonizaba frente a nosotros. sus últimas palabras, una cuenta regresiva...
y el reloj aún vívidamente exclamó "diez"...
¿esperaría toda mi vida para hallar el amor? es eso lo que motiva al hombre a seguir adelante, la esperanza de compartir con alguien con quien diluir las penas, y alguien con quien esparcir la alegría, alguien con quien pintar los senderos nuevos, y delinear los contornos de los sueños retenidos. es una búsqueda incesante y ardua que no hay que dar por sentada, y renovar día a día el significado de las palabras "te quiero" y "te amo".
el reloj entraba en un molto ritardando y aún se atrevió a gritar "nueve"...
¿esperaría conservar a los amigos que he hecho? aún anochece mi mente el velar por aquellos amigos que decidieron partir, lejos, muy lejos donde jamás podamos volver a herirnos. y por los nuevos amigos que he hecho, por ellos alzo la mano y digo que ha valido la pena, que los recuerdos se graban con ellos, que uno nunca olvidará, permanecerán ahí por siempre para colorear el pasado cuando pasado el tiempo uno se regrese a añorar.
el reloj realentizaba cada vez, o almenos eso parecía y apesar de ello exclamó "ocho"
arte, el arte... por otro año de arte, de amanecer en sonidos, palabras y formas y saber plasmarlas y darles lugar, por seguir viviendo del sentimiento aflorado proclamando libertad a las emociones y pensamientos, por que solo así uno entra en paz con uno mismo. los pinceles, las pautas y la pluma, por que no queden en el olvido jamás.
el reloj empezaba a titubear cuando resignado ya, recitó un "siete"
la libertad... bendita libertad que ha amanecido en el poniente, para liberarme de las ataduras de los que proclaman libertad y dictan exclavitud y condena en el nombre de la religión de la paz y el amor divino, divino tal vez, pero jamás humano... libertad para expresarse apesar del disgusto de los opresores, libertad para poner en duda las 'verdades divinas', libertad para actuar pese a la ley del desierto, libertad para amar y ser amado apesar de la amenaza de un ardor eterno, libertad para manifestar la inconformidad con la dictonomía absoluta de un régimen teocrático, ¿gobernado por dioses?... sí, pero dioses gobernados por humanos. libertad... libertad...
el reloj mantenía su aliento, y angustioso tosió un "seis"
venga ya, aquella promesa, promesa vana del tiempo pues toda promesa es apenas un dictado temeroso e inseguro. pero esta promesa no, esta promesa sí es segura, es segura por que es la única promesa que uno puede esperar que sea cumplida; la muerte. es la muerte, el saber no temerle y saber que cuando llegue el momento tocará a nuestra puerta, no para llevarnos al paraíso prometido, a la gran vida, o a lo que es lo mismo; al gran engaño. sino para arrebatarnos del único mundo que conocemos para no volver jamás, y de entonces vivir por siempre en la memoria de los corazones que tocamos, corazones que encantamos con nuestras acciones, solo allí viviremos una vez expirado nuestro cuerpo. por el recuerdo de aquellos que se tuvieron que ir, y los que quisieron irse; por que ellos vivirán en nuestros recuerdos.
el reloj palideciendo gradualmente, desgarró un sordo "cinco".
y entonces nuestras mentes batieron alas y se alzaron tan alto como podían imaginar hacerlo, en un mundo fantástico de aquellos sueños de fantasía, donde la realidad es la ficción que se cuenta en los cuentos fantásticos de aquel lugar fantástico. ¡Salve! ¡salve su Real Majestad! la Reina imaginación ha hecho su aparición, abriendo las puertas de par en par, se sitúa en su trono para proclamar libertad a los soñadores, soñadores como vosotros que han perdido el miedo a soñar, a tomar la pluma y darle libertad de volar de nuevo hacia donde sol comparte paisaje con la luna, y los pastizales danzan con el viento de las montañas, montañas creadas y recreadas una y otra vez, cada vez más especial que la anterior. todo esto, gracias a vuestra reina Imaginación.
el reloj de pronto se apresuró a silvar un "cuatro"
cae la noche y la belleza se deja ver, tal cual es, así como uno la ve. seduce la visión de los cautos y los motiva a crear bellezas en sus mentes; es lo místico, lo lejano, lo prohibído, la belleza exportada de oriente, aquella que uno puede ver y puede sentir, pero que uno no alcanza a comprender. es la belleza misma la que danza frente a uno, con una mirada confiada pues nos ha cautivado, y nosotros caemos rendidos a nuestros sueños a persistir por lo bello y lo hermoso, por seguir buscando día a día la belleza en nuestras acciones, en nuetras palabras, nuestros gestos, nuestros besos, por que lo bello es lo bueno.
el reloj ya en sus últimas, proclamó con dificultad un "tres"
vida, vita... olvidada antagonista de la muerte, animas nuestros cuerpos y tomada de la mano de la realidad, desgarras y curas nuestros sentimientos. por tí se alzan templos y palacios, por tí se destruyen otros tantos, y a veces olvidamos tu significado, nos confundes y nos arrojas más confusiones, pero es lo que haces que aveces te culpamos, en lugar de culpar a los azotadores. rendimos cuentas solo a nosotros mismos, a tí nada te devemos, y tú, a nosotros nada nos dás, nada nos quitas, ¿recuerdas vida? mi vieja amiga... que solo post mortem estaríamos en paz...
el reloj, despidiendose ya, susurró un chillido que adiviné como un "dos"
realidad, defínete por tí misma o yo te definiré, y entonces recurriré a lo irreal. a veces espejismo, a veces ilusión, confusa te conocí en el despertar de mi conciencia, y hoy aún te encuentro confusa, aveces dueles, aveces satisfaces, pero casi siempre solamente haces funcionar al soñador, aquel que es la frontera entre realidad y fantasía, sabe que tú solo eres necesaria para la ficción, como la ficción necesita de tí para no ser real.
el reloj, expirando en el olvido, se desvanece en el viento, y con él, resuena "uno"
voluntad, deseo, búsqueda insaciable, para buscar, buscar apesar de no hallar, es no cansarse y no detenerse, hasta que nuestro sueño, nuestra bandera y nuestro ideal, tengan lugar para hacerse a la par con la realidad, más allá de los sueños, el soñador abre la puerta, entre lo que es real y lo que es ficción, y si los sueños entran de más en la realidad, es por que ya nos fascinaría al ver a los ángeles volar, y si la realidad inunda la ficción, ¿qué más sería de la imaginación sino una simple percepción?. por eso la voluntad acosa nuestra mente, quitandonos el sueño hasta que el sueño mismo se hace de la real acción. poniendo un pie frente al otro una y otra vez, para entonces algún día sostener en nuestras manos, fantasías reales que se dejen acariciar.
y el reloj cede su aliento, y en su silencio, un "cero" resuena en lo absoluto, haciendo eco para dejar pasar el tiempo, pero entonces una cuenta más empieza... es el mañana, el que habremos de escribir, aprendiendo y cayendo para levantarse y aprender, cuantas veces sea necesario para hacer lo que nos motiva a hacer.

30 diciembre, 2009

relato de una memoria aún por venir



era una noche, una bella noche de enero, un día de aquellos en que la calma tiñe de negro la noche, y la noche se viste de estrellas... la luna posaba llena en el cielo, posaba de una manera tan poética allá arriba, las nubes se deslizaban por el horizonte, susurrandonos desde lo lejos, como sea no les hacía caso, estaba con ella, solo ella y nadie más. nisiquiera la música de la naturaleza; los grillos, la costa, las hojas de los árboles y el viento acariciando las rocas, improvisando la sonata del mar que quería pero no podía distraernos, eramos los dos y nadie más. habíamos estado platicando un rato, con la calma del lugar, y luego un silencio interrumpió oportunamente, quizás era ese el momento, quizás era entonces, quizás y solo quizás... así que la miré en un tono distinto, y su mirada, aquella que me dice todo, todo cuanto sus labios temen decir, y por un momento sus ojos conversaron con los míos, como pidiendo permiso; y en su mirada sus ojos decían "sí". me acerqué un poco más hasta pensar que no se podía estar más cerca y la besé, la besé con el ritmo y tempo del viento. y por primera vez en mi vida, todo era perfecto; estaba con ella, solo ella y nadie más...

29 diciembre, 2009

sangre



en mis venas corre vida, vida de soñador y bohemio, vida de poeta de la noche, vida de contemplar a los cielos en luna llena. y es esto que corre por mis venas que yo te ofrezco, símbolo de lo que soy y lo que es mi esencia, esto que me mantiene vivo, y tiñe mi cuerpo. fugaz, tal vez, pero a la vez eterno, eterno hasta donde podemos alcanzar a percibir. y yo te ofrezco eso, eso que me mantiene vivo, para que me lleves dentro, que en tus labios se derrame mi sangre, que en tus labios se derrame mi vida.

CW

28 diciembre, 2009

de estrellas y princesas



¿quien hubiese dicho que estaría hoy aquí? rodeado de tranquilidad, escribiendo anheloso, esperando verla de nuevo. me remito al pasado y doy cuenta que aquel fué el mejor beso de mi vida, y antes de conocerla, el mundo tenía sentído, y ahora que la veo a ella, veo al mundo que hay dentro de ella, misterioso y oculto; me aventuro en él dejando atrás a lo que solía llamar realidad. y cuando nuestras manos se encuentran, son puentes que unen nuestros mundos, y si nuestros labios se unen, son nuestras almas que intentan comunicarse.
y es la vida que nos trajo hasta aquí, contra un mar de posibilidades de no habernos conocido jamás, y entonces no sé que sería de los dos, pero almenos hoy, y ahora, hemos coincidido como luna y sol en un eclipse y por testígo las estrellas. somos astros celestes, tan fugaces y eternos, que juegan a manchar el cielo, mientras un poeta se maravilla y escribe versos.
hija que tuvo el sol con una de tantas estrellas, opacas la luz que te ha visto nacer, princesa que por reino tiene al cielo nocturno, soles y lunas hay muchas, pero como tú solo una.

CW.

27 diciembre, 2009

aquella puerta y la mar. . .



alzad tu mirada hacia el horizonte y eso que ves, muy hacia lo lejos pero no inalcanzable, es la puerta de la felicidad, donde los sueños, tu mente y tu esperanza hace frontera con la realidad. allá donde tu mente se deja llevar, por la libertad de tus manos que con los vientos se hacen a la par. donde no es necesario adelantar un pie frente al otro para avanzar, donde la noche invita al sol a pasar, y en el día le devuelve el favor a la luna. donde los labios se juntan, no para platicar,
sino para sentirse y dejarse llevar. donde el color se puede oler, y la dulzura se puede ver, en los labios de una princesa probé su dulzura, y me cautivó su belleza. y en el cielo una nube, acunaba a una estrella, y la nube derramaba agua, y la estrella derramaba brillo, sobre los dos. una melodía acariciaba mi mente que rompía el silencio del ruido distante, ¿es mi imaginación que emprende vuelo otra vez? ¿o son sus labios que son veneno para mi angustia?
abre las puertas, os invito a un lugar, donde el suelo lo pone nuestras mentes, y nuestros corazones abren sendero a traves. donde las sombras hacen poemas con la luz, y la luz misma se atenúa para convidar un poco de brillo a la estrella, que está a punto de desvanecer en el horizonte, para renacer de nuevo al anochecer.
noche, permiteme ser oportuno, y preguntar a los vientos ¿a donde soplan los aciertos? es tan vano el dolor en este lugar, como es tan vano para el crédulo viajar a él.
princesa, toma mi estrella aventurate en la mar, solo con tus pasos abrirías camino al andar, toma por barca mi promesa que algún día no habrá más mar que navegar. y pronto darás cuenta que yo soy la mar.

CW.

16 diciembre, 2009

libertad para la princesa.



caminando entre las paredes del castillo,
escucho que ellas me quieren contar,
que allí mismo ya algún tiempo atrás,
vivía una princesa encerrada en el olvido.

enclaustrada y retenida para no poder ver,
a algún galán que pudiera desposarla,
y de su encierro llegar a desatarla,
y se suponía que de amor no llegase a saber.

solitaria le confesaba a la luna sus secretos,
desesperada le pedía a las estrellas abrir vuelo,

y una noche de aquellas en que solitaria velaba,
en el balcón hacia la noche y el cielo comentaba.
y un caballero cautivado abajo le escuchaba.
le prometía con la mano algún día librarla.

-dime princesa ¿a donde te lleva tu libertad?
-a tus brazos, lejos de aquí y cerca del mar
-¿le regalarías tus labios a quien te ha de librar?
-mi vida, mi alma, mi corazón y aun más.

y las noches pasaron y ella sentada en el balcón,
esperaba a aquel que le enseñaría la luz del sol,
y los días pasaron y aún no cansaba de esperar,
a aquel caballero que esperaba le fuese a librar.

-dime princesa ¿a donde te lleva tu libertad?
-a tus brazos, lejos de aquí y cerca del mar
-¿le regalarías tus labios a quien te ha de librar?
-mi vida, mi alma, mi corazón y aun más

-dime princesa ¿hasta cuando le vas a esperar?
-hasta que venga a mis brazos abrir libertad
o hasta que en la noche de mi vida amanezca,
y la luz de la luna, se apague y por fin perezca.

y el balcón de aquella habitación, de aquel castillo,
en medio del jardín soledad, en el país desolación,
cuenta de la princesa que no se cansó de esperar,
y en el fin de sus días, murió en brazos de soledad.

CW.

dolor. . .

aventurate dolor en mi pecho,
recuerdame por qué te temen,
aveces duele la noche,
aveces anochece el dolor.

encuentra refugio en mis llagas,
bebe mi sangre, arde en mi alma,
encuentro agradable tu ausencia,
en tu ausencia encuentro soledad.

CW

02 diciembre, 2009

dos lunas llenas desde que. . .

me encontraba yo uno de aquellos días, en que el cielo escupe lágrimas, y la luna llora estrellas. yo y mi pluma, con el violín a un lado y mis ojos postrados sobre la ventana, esperando que me visite la luna para poder llorarle de nuevo. mi pluma empapada de sangre escribía sobre el cuaderno, y mi mente encadenada a mi cuerpo se torturaba con el acosador recuerdo de una dama.
escribía palabras, palabras llorosas, palabras que tal vez no pensaba, pero plasmadas en la hoja y escritas con sangre, para mí almenos tenían sentído. y estaba tan despojado de la realidad escribiendo, que no noté cuando la luna entró a mi cuarto, y solo me dí cuenta hasta que su brillo se derramó en mi cuaderno, y en mi sangre vi su reflejo.
por un momento o dos la miré, la admiré y en cuanto me invadió de nuevo el recuerdo, rompí a llorar, y a la luna, titubeando entregué mis cuadernos, para que los viera y me entendiera; para que supiera que yo le he extrañado.
ella los vió con ternura y compasión, volteando de vez en cuando para saber si era ya momento de irse, y para cuando terminó de leer el último de ellos, los dejó en la ventana, y en la noche se desvaneció sin decir más. y de vuelta a mis cuadernos, mi mano tomó la pluma y me dispuse a hacer llorar al papel, y el recuerdo se dispuso a hacerme llorar a mí.

CW.